¡Robot Army! Desembarque de los ejércitos de robots en logística

Robot army (ejército de robots), Amazon.
Fuente: Amazon's Smart Robotic Army

ROBOT ARMY: la naturalización del fundamentalismo tecnocrático

“Vea el sofisticado ejército de robots de Amazon en acción.” INTERESTED INGENIERING

Cuando alguien habla de armadas, de ejércitos, habla de un conflicto. En esta nota analizaremos qué hay detrás de la deshumanización y la expresión “Robot Army” / “Ejercito de Robots”, esta manera de llamar a un grupo de automatismos. Habría que preguntarse: ¿Hay guerras no visibles? Quizás no porque estén ocultas, sino porque no las queremos ver. Lo que este articulo tratará de desenmascarar es el conflicto que se intenta silenciar.

Como sabemos desde los centros dominantes, la visión hacia la periferia es colonialista. En este tiempo, como en el pasado, la tecnología tiene un rol especial. Generalmente se trata de instaurar la certeza de que, a través de la robótica mal empleada, se viene a liberar al ser humano del trabajo, mientras que lo que se busca es el beneficio de unos pocos, los tecnócratas que se acomodan con el poder tecnológico, y los empresarios inescrupulosos que sólo buscan producir desvinculándose de toda humanidad de la comunidad establecida en las proximidades de los establecimientos. Como sabemos, un establecimiento productivo genera una comunidad a su alrededor o está vinculada con la misma. Esto podemos verlo a través de la historia en el comienzo del proceso industrial en Occidente con las revueltas en el 1811 en Inglaterra contra los empresarios que llevaron delante la instalación de máquinas textiles automáticas [1]. La historia de los vencedores, los poderosos, afirma que las revueltas que se produjeron fueron contra el progreso o la tecnología. Lo cual es un sinsentido que queda evidente al estudiar la historia, sus porqués y quiénes se levantan: los tejedores, las familias, los marginados de la zona y además los pequeños industriales que no pueden acceder al capital para poder competir. Por supuesto, se destruían maquinas, ¿pero qué se esperaba? ¿Que se destruya qué? Dichas acciones no los convierten en negadores del progreso tecnológico, sí obviamente en luchadores por un desarrollo en libertad con consciencia social y del cuidado de la madre tierra. Luego ese proceso si bien produjo una marginación local y una riqueza concentrada, terminó a través del colonialismo hambreando y esclavizando a la periferia colonial y devastando sus posibilidades de progreso y desarrollo. Una periferia que, a su vez, se basaba en una relación diferente con la naturaleza. Hay que tener en claro que también hay periferias en el centro, dado que el proceso colonizador también se reprodujo internamente en las mismas regiones centrales.

¿Cómo se dio fin a las protestas? Con la militarización ordenada por el parlamento que no se opuso a los negociados del nuevo empresariado deshumanizador. Simplemente se ahorcó a dieciséis trabajadores y se estableció un estado de sitio. El militarismo se encargó de acallar a los trabajadores y hacerles aceptar su destino, para luego expandirse a las colonias en su dependencia.

«Amazon aumenta su ejército de robots: ¿lo siguiente es una fuerza aérea robótica?» Rich Smith, FOX BUSINESS.

En los centros hegemónicos occidentales, desde una religiosidad laica basada en el mercado y por ende con una visión exacerbada e individualista, se promulga desde sus altares la bendición de algunas personas para reinar desde sus imperios comerciales la concentración de posibilidades y capital. Así también facilitan su expansión fuera de sus fronteras, devastando toda autonomía, autodeterminación, progreso de la humanidad periférica y la explotación indiscriminada de las bondades de su tierra. Tengamos en cuenta que en este texto no se proclama un absolutismo de fronteras cerradas, sino que es una crítica  a la política y acción de los imperios económicos y a la complicidad interna de aquellos que indiscriminadamente abren las puertas a estos. Se imponen métodos de producción que no contemplan el contexto y, obviamente, sin ponerse límites evitan el desarrollo local, siendo los más perjudicados aquellos que no tienen opción o se encuentran en marginación.

Hay que tener en claro que si bien quienes actúan son los empresarios inescrupulosos, validados y sostenidos por una ideología y espiritualidad extrema liberal que se organiza jerárquicamente en feudos y pactos de vasallaje para asegurar sus beneficios e intereses personales e individualistas. Se podría hablar de la imposición de un modelo, sin embargo, dicha ideología es acompañada por una espiritualidad y dogmas.

“UN EJÉRCITO DE ROBOTS: LISTOS PARA TRABAJAR EN LOGÍSTICA.” – Exportación LTL y FTL Líder

Las compañías hablan de “Ejércitos de Robots” (Robot Army) para sus establecimientos. ¿Qué es la guerra?

Si hablamos de armadas de robots, hablemos primero de qué es la guerra. Mencionar a ejércitos tiene relación directa con esto. Quizás podamos encontrar la conciencia de quienes están detrás de la expresión “Robot Army”.

Como he tratado en muchos de mis artículos la automatización robótica tiene como único fin el deseo del empresario deshumanizado de reducir los costos, en especial el salario de la comunidad productiva, o eliminarlos para aumentar las ganancias y erradicar toda posibilidad de conflictos propios de las relaciones de los seres humanos. En la historia de los movimientos de liberación, como serían los sindicales, podemos encontrar gran cantidad de enfrentamientos de todo tipo.

¿Qué implica que sistemáticamente se eliminen o minimicen las posibilidades de trabajo en un rubro determinado?

Como sabemos, implica un daño psíquico, imposibilidad de poder alimentarse adecuadamente y de poder satisfacer las demás necesidades básicas para la subsistencia y vida digna. Esta confrontación, este conflicto, se convierte en una guerra con todas sus consecuencias: seres humanos cercenados, dañados, traumados por no considerarse productivos o autogestores y, por supuestos, en muchos casos empujados a diferentes adicciones en busca de callar sus dolores, deviniendo finalmente en la muerte. Este es un proceso que vemos continuamente en la calle [2]. Como en toda guerra, la muerte de quien se confronta no deja de ser un asesinato, más aún cuando sabemos que se trata de una situación desigual, injusta y sin opciones.

La insensibilidad individualista cubre todo vestigio de las acciones inhumanas. Las técnicas de mercadeo y de difusión montan un sesgo a la sociedad, humanizando a las máquinas e impregnando en la retina del ser humano una imagen del mecanismo como un prójimo humano. A su vez, en un camino de ida y vuelta, el ser humano se ve como un mecanismo. Esto colabora o se convierte en una excusa para no ver el conflicto, la guerra que se anuncia con estos ejércitos de robots. Generan una visión por la cual es aceptable el descarte de puestos de trabajo: trabajos humanos. Familias que comen, trabajadores que hacen historia, sofocación de otros pequeños y honrados productores que conviven con su comunidad en proximidad de la misma y no en lugares cerrados.

Es conveniente vincular el duelo y la guerra. El dolor de la comunidad que pierde a sus hombres productivos, algunos muertos en vida, quebrados por dentro en una inmovilidad atroz. La muerte en la opresión, el castigo por la disidencia y poder llevar adelante una vida, el pan y la educación a sus hijos. Es un castigo para la familia y la colectividad, que ve uno a uno a sus integrantes desvanecerse en su derrotero de ser desplazados de los sistemas que pretenden llamarse productivamente sustentables. El Dios Mercado [3] mira la sustentabilidad del negocio, no la de la comunidad local que participa de una vida colectiva y parte de la naturaleza misma que le acoge. Esta se fusiona con el paisaje, con las necesidades, y es capaz de sembrar y cuidar de un huerto que nutra a todos y no a unos pocos. OTRO MUNDO ES POSIBLE, que ponga en movimiento y revitalice las fibras y músculos de los que no tienen opción. Levantarlos, hacerlos y hacernos sentir uno en la multiplicidad y en la capacidad de transformar la realidad en una que otorgue lo necesario para la salud y el bienestar según la necesidad de cada uno.

En las expresiones del tipo “Robot Army” (“Ejército de Robots”) se pone de manifiesto la violencia y pretenciosa eliminación de un enemigo. ¿Quién es el enemigo? No cabe duda de que a quienes se pretende eliminar son aquellos que ocupan su puesto de trabajo. Quienes tienen hambre de pan y de justicia. La violencia está declarada por soldados que ejecutan las ordenes mecánicamente, con supuesta exactitud, y sin humanidad que presente una disidencia o una postura digna. El orden y la obediencia son ejecutados sin resistencia alguna, las máquinas para ello pueden ser buenas y efectivas para la acumulación de recursos para sus dueños. Una lucha desigual, además de injusta. En el Coliseo del Mercado, la multitud apasionada adula al emperador, pide la muerte de quienes son supuestamente débiles o inútiles para la sumisión, cumplir órdenes y ejecutar los trabajos sin oposición. La muchedumbre quiere lo que quiere el emperador. Aunque sean considerados miserables, como los que se encuentran en la arena. El Dios Mercado exige sacrificios para los magnates imperiales, para los monarcas, los reyes de los negocios.

La guerra es un hecho social, no individual, donde se involucran diferentes sectores. Sin embargo, el mercado, vivificando el espíritu individualista, que se impone más fácilmente desde la debilidad y hambreado del oponente, hace ver al trabajador y aquél que no tiene opción como personas individuales. Quiere romper toda capacidad de pensamiento colectivo Para seducirles a vivar la precisión, la administración basada en la deshumanización y el dolor de sus pares hasta que les toque a ellos mismos el trágico destino.

Este conflicto se manifiesta en los centros de poder, en las economías concentradas, pero luego, en función de un ímpetu imperialista y colonialista, busca a la periferia como plan de expansión y sometimiento. En la periferia del poder y su insensibilidad, no habitan seres humanos, sino los semi-humanos, ya que no se les considera dignos de conocimiento, autogestión ni organización. Las periferias muchas veces no están en lugares alejados. ¿Alejados de dónde? De los centros de poder. Muchas veces se encuentran entremezcladas, pero cuando se hacen notables, la estructura de poder central se encarga de hacer “una limpieza” de cuerpos muertos, de carnes que ya no tienen pulsión de sobrevivencia y que por eso se los ha empujado a un abismo. Atareados en vorágine [4], una vida marcada por la falta de oportunidades dada por la concentración misma, y el no acceso a las necesidades básicas. Esto debido al dominio y a la centralización desmedida.

¿Por qué usé en el párrafo anterior la palabra en plural: “periferias”? Porque, si bien conforman una unidad para oponerse a la pulsión individualista de determinados sectores, cada grupo, cada región, cada colectivo tiene su valor en su contexto propio: una individualidad que no es individualismo, sino completitud en la riqueza de su multiplicidad y sus particularidades.

“El ejército de robots de Amazon se dirige a Melbourne.”  – Emma Kohn, El Heraldo de la mañana de Sídney.

Siempre están presentes la demanda y la acusación injusta de la agremiación de los trabajadores, o de las asambleas de personas sin acceso a un trabajo digno, o de los sindicatos. Sin embargo, el hecho de hablar de una armada implica y manifiesta una organización por parte del empresariado. A algunos les gusta pensar que es una falacia la organización empresarial, cuando abundan las cámaras y relaciones privadas entre los mismos. A toda guerra la proclama un grupo organizado, generando estrategias que no necesariamente surgen del consenso del grupo, sino que también son retroalimentadas o facilitadas por las religiosidad del mercado y sus dogmas, imponiendo una normalidad de lo que es correcto y de lo que debe ser negado o invisibilizado.

La negación del sustento a una comunidad o a un individuo es un acto violento y de guerra. Es como sitiar una ciudad.

El dogma de que el uso no responsable de la tecnología genera más trabajo por sí mismo se ve ridiculizado ante la clara situación de que dicho trabajo es para generar los mismos soldados que serán parte de la armada opresora. Como sabemos, no se trata de una lucha directa, sino que está encubierta por la ideología extrema en el culto a eficientización del negocio próspero, los deseos de pertenecer al mismo y de ser algún día como el señor feudal del reino. En el fundamentalismo, el estado de militarización es cotidiano, prima como ideología: la jerarquía, la estructuración, lo exclusivo, la única verdad que debe ser defendida basada en la prosperidad económica como fin. Allí, no hay mucho espacio para dudas, crítica, reflexión ni esperas que contemplen a quienes están fuera.[7]

Continuaremos con este artículo en el próximo número de la revista.


Fuentes:

[1]  Ver las siguientes notas:

“Inteligencia Artificial y Robots Humanoides. La crítica. Segunda Parte”,  Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA número 4 del 2018.

“La primera guerra contra las máquinas y sus patrones (1811-1816)”,  Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA número 1 del 2019.

“La segunda guerra campesina contra las máquinas y los terratenientes”,  Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA número 3 del 2019.

“España, baja del salario, paros y daños a la industria textil ante el uso irresponsable de la tecnología”,  Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA número 5 del 2021.

“¿Trabajo digno para las familias de los trabajadores rurales o robots agrícolas para la conveniencia de unos pocos?”,  Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA número 6 del 2020.

[2] Me refiero a cuando uno acompaña a personas en situación de calle o en indigencia. Toda adicción tiene detrás una historia.

[3] G. Reimondo, “El Dios Mercado y El Señor Tecnología”, Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA núm. 5 del 2019

[4] Pasión desenfrenada o mezcla de sentimientos muy intensos.

[5] José Reinel Sánchez, UNA RESPUESTA A LA PREGUNTA “¿QUÉ ES LA GUERRA?”, Aposat Revista de Ciencias Sociales

[6] E.J. Hobsbawm y George Rudé, “Revolución industrial y revuelta agraria El capitán Swing“, El problema de la máquina trilladora.

[7] Se hace mención a la espera dando lugar a aquellos que no pueden o no poseen opciones dentro de la realidad impuesta a poder ser incluidos como parte del colectivo de transformación. Por supuesto sin llegar a la inmovilidad o negando por ello a la transformaciones requeridas, sino con una acción inclusiva.

Acerca de Gustavo Reimondo 133 Artículos
Coordinador de Tecnología Humanizada. Coordinador del proyecto Realidad Empoderada. Un proyecto de realidad virtual para la concientización en una praxis solidaria. Miembro del grupo: "La familia de la calle", organización conformada por personas indigentes y no indigentes en una relación igualitaria. Experto en Robótica, Instrumentación & Control, IoT, Sensórica y sistemas microcontrolados. Experto en el proyecto, especificaciones técnicas y acompañamiento en obras de Infraestructura física de telecomunicaciones para varios continentes. Expresidente de la primera compañía SCM International, Inc. de productos por catálogo de habla hispana de robótica educativa, diseño electrónico, adquisición de datos, sensórica, internet de las cosas etc… Diseñador y programador de herramientas de simulación y adquisición de datos con PC. Desarrollo de múltiples productos electrónicos de baja escala dedicados a la medición, electricidad y sistemas de control de efectos.

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