En ediciones anteriores de TECNOLOGIA HUMANIZADA publicamos notas en las que hablamos de la revuelta ludita. En esta nota hablaremos sobre la segunda revuelta centrada en movimientos campesinos en el contexto temporal del 1830 correspondiente a la revolución Francesa. Así también la negación al pago de mejores sueldos en el sector agrario y la introducción de máquinas trilladoras en el campo. Al igual a lo sucedido en el sector textil, las máquinas desplazaban a una gran cantidad de trabajadores. Los trabajadores exigirían mejores ingresos, mejores condiciones y algún tipo seguridad social. Estos reclamos eran acompañados por una defensa de las libertades de los trabajadores pobres del campo. Otros sectores se unieron a la proclama como ser los de algunos arrendatarios, desencadenando en la mayor destrucción de máquinas en la revuelta de 1830.
Los sectores más pobres habían sido despojados de sus tierras, y ni siquiera tuvieron las condiciones de los trabajadores de las ciudades. El odio de los pobres contra las máquinas estaba enardecido porque las mismas quitaban el trabajo en el invierno y siendo este el único trabajo disponible. El 28 de agosto se destruyó la primera máquina agrícola, luego de varios meses de incendios y envíos de amenazas firmadas por el Capitán Swing, organización de reuniones para generación de demandas, ataques a párrocos, jueces, terratenientes, etc.
En 1831 se destruyeron más máquinas trilladoras. Los grupos se encontraban liderados por el Capitán Swing, un personaje simbólico.
Las cartas atemorizadoras tenían el siguiente tono:
“Esta carta es para advertiros que si vuestras trilladoras no son destruidas por vos mismo, nosotros pondremos manos a la obra. Firmado en nombre de todos. Swing”
Los escarmientos comenzaron y 19 campesinos fueron ahorcados, 644 condenados a prisión, 505 fueron enviados a las colonias en Australia por lapsos de 7 y 14 años. Sin embargo, como consecuencia inversa, se pudo ver por varias décadas de que la trilladora dejo de utilizarse como herramienta masiva en la explotación del campo.
“De todos los movimientos de los destructores de máquinas del siglo XIX, el de los indefensos y desorganizados trabajadores agrícolas demostró ser, con mucho, el más eficaz. El verdadero nombre del Rey Ludd fue Swing.” E. Hobsbawm y G. Rudé, op. cit., p. 328.
A diferencia de lo que ha instaurado la historia de los vencedores, de este mundo extremo en cuanto a capital y exclusivismo se trata, en el cual se afirma que los movimientos luditas estaban en contra del avance tecnológico, la historia devela lo contrario, se trató de un uso social responsable de la tecnología. En una comprensión donde la tecnología puede ser utilizada en forma perniciosa o todo lo contrario. Donde se ven amenazados y se produce marginación tangible y real de aquellos sectores desfavorecidos, pobres y de los no tanto. Tenemos que ser conscientes de ello y coherentes con el deseo de un mundo más justo.
Fuentes:
Un bicentenario olvidado, La rebelión de los Luditas (1812-2012) de Renan Vega Cantor
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