Para cerrar la primera parte de esta nota considero oportuno mencionar lo siguiente:
Los relatos de los trabajadores y futuros usuarios de las instalaciones, los que han sufrido las consecuencias e injusticias de proyectos inadecuados, deben generar la acción de los diseñadores en pos de no someter a negociación aquellas partes de los sistemas que no garantizan la seguridad y hábitat acorde a la humanización del entorno de las personas.
Las apioladas de los prestadores de servicios y sistemas
Todos comprendemos que esta nota desarrolla el tema de la ética, que puede obviamente tener una experiencia personal, donde el producido es una instalación, un diseño o una prestación de un servicio que se ve afectado por la antiética de las cúpulas y de toda la cadena de productos y servicios que crean un medio cerrado.
Guste o no, la filosofía actual de quienes diseñan y ejecutan en informática y telecomunicaciones es «dar servicio». Eso no quiere decir servicio a la comunidad, sino más bien que el mismo se ofrece y está disponible, pero no importa la calidad o si el usuario tiene que llevar los costos que no se afrontan en la implementación del sistema a él mismo. Obviamente, nos referimos al usuario final. Se forma así a los profesionales en las compañías, piensan así, se los contrata y no se les interpela. ¡Rige la economía, no el fin humano!
Realicé una encuesta sobre una pequeña red de diseñadores, instaladores, programadores y prestadores de servicios del sector público y privado, quienes expresaron que es una práctica habitual. Uno de los profesionales complementó la respuesta desde una perspectiva que condice con mucho de lo expresado en la primera parte de esta nota. Comentó lo siguiente:
“Hoy en día, las áreas de tecnología informática, sobre todo en empresas privadas, hace años que tienen cada vez más participación e incluso a veces hasta la palabra final en cuestiones estratégicas, que antes eran exclusivas de otras áreas que definían el servicio o producto. La política de los sectores de tecnología informática ya no es tanto «dar servicios a terceros», sino más bien, «adueñarse» de todo. Hoy el CIO de una empresa en ocasiones puede pasar por encima del CEO. Como lo veo yo, se fueron de sentido común. A veces se ningunea mucho a los usuarios «no IT» y se menosprecia el conocimiento del rubro o negocio frente al conocimiento de hardware y/o software y se terminan generando grandes problemas por no conocer el alcance y fin de la prestación, o pensar que se las saben todas, sin tener que escuchar al usuario. En el rubro de IT (Tecnología de la Información) se potencia la falta de humildad, el venderse a uno mismo como el que te las sabés todas, es lo que cuenta, estamos llenos de Elon Musk tercermundistas y no nos habíamos dado cuenta.”
¿Cómo surgen las acciones basadas en una praxis humanizadora?
Las personas nos vinculamos sistemáticamente con nuestros grupos de intereses en común. Eventualmente, se nos permite formar parte de otro grupo con mayores privilegios y además tenemos una relación con nuestros patrones o patronos. Dentro de esos grupos, damos más atención y generamos vínculos con aquellas personas, generalmente, exitosas o pares. Las personas relegadas tienden a no tener el interés y atención de aquellos que se encuentran en una condición favorable o dedicada a las tareas laborales. La tendencia predominante es servir al patrono y aquellos que están en una posición predominante. Se conforma un mundo dual como desarrollamos en el artículo anterior.
Quienes tienen la responsabilidad de trabajar en diferentes roles de la sociedad, deben romper con dicha estructura. Tomar contacto con los grupos relegados, sea tanto en ambientes laborales y la sociedad en su totalidad. Dicha convivencia ejercida en forma amorosa y horizontal produce una relación y una educación en ambos sentidos. Las personas se transforman por medio de la escucha, el habla y el acompañamiento a quien está en condiciones de desventaja. Debiendo apoyar a quienes están en indefensión o en condición desfavorable para que puedan llevar adelante sus necesidades, roles, acciones y actitudes para desarrollar su vida con una capacidad de crear su propia historia. Para sí mismos y su comunidad. Este proceso fuerza al acompañante amoroso a ver y transitar estas realidades desde el otro. Se rompe el idealismo y las suposiciones de cuál es la realidad y conveniencia del otro.
El acompañante escucha, el acompañado manifiesta sus sueños. Estos sueños se ven inmersos en la relación con el acompañante, quien culturalmente es visto como un proveedor, un patrono. Alguien de quien se espera una especie de salvación. Pero no hay salvador que no sea salvado. En una relación de ida y vuelta, el acompañante percibe una posible necesidad, siempre cubierta esta de una especie de corteza, de durezas por remover, para ver los movimientos internos. Los sueños, necesidades y esperanzas escondidas, acalladas. Esa perspectiva o idealización de la necesidad no es perfecta, está influenciada por un conocimiento propio o personal, y una proyección del mismo que, en el mejor de los casos, puede ser influenciado por el diálogo del acompañado. Toda relación entre dos personas requiere de un aprendizaje. De aproximación a los sentimientos del otro, y las esperanzas del otro. Dentro de esas esperanzas, los deseos pueden cambiar dinámicamente por la intención de ambos. Una historia a trazar que puede comenzar a tener otros desenlaces o rumbos.
En todos los casos, el camino liberador que nos lleva a lo deseado, es siempre boicoteado. Los miedos se oponen a afrontar nuevas realidades y, por ende, las posibles soluciones se bloquean. La tarea del acompañante es estimular los sentimientos o expresiones que tiendan a desatar los nudos que retienen las nuevas posibilidades. No el de dar una nueva posibilidad como válida y camino a seguir.
En casos muy particulares, donde la persona a acompañar vive en situaciones donde los mandatos personales son tomados como verdades liberadoras, estas son autoprotegidas en un camino que fomenta o impulsa la destrucción u opresión sistemática de la persona.
Al abrirse las nuevas posibilidades, el acompañado puede ser incitado a ponerse en movimiento al futuro que él considere deseable. El acompañante puede ir siguiendo los pasos, y con la escucha oportuna, prever un futuro, para estar presente como un bastón, como soporte en el andar del acompañado. Para ello, debe haber una transferencia de sentimientos, pensamientos y realidades del acompañado al acompañante cerrando un ciclo temporal. La teoría, la nueva idealización minimizada por la praxis, la lectura de los sucesos y deseos, trazan un posible rumbo conjunto a ser tomado. Una aproximación o estimación al camino a recorrer. Que solo se logra con la continua aproximación del acompañante al acompañado. Donde el acompañado y el camino deseado revalúan las estimaciones del acompañante.
De esta manera la idealización siempre es mínima, la estimación del próximo paso donde se afirmará el bastón, el acompañamiento, es ajustado permanentemente. Al mismo tiempo, la realidad y, en especial, las físicas también condicionan los ajustes, las apreciaciones, participando de la evaluación: camino deseado (del acompañante), nueva realidad, deseos del acompañado, paso dado, correcciones. Todo ello genera un vector de acción que tiende a minimizar la idealización y aproximarse continuamente en una forma colaborativa al acompañado, sus deseos y la realidad del medio.
De dicha experiencia, el acompañante logra percibir el entorno, su cultura, los procedimientos y procesos, las necesidades y realidades de la comunidad en desventaja. En el andar se manifiestan las necesidades según su necesidad. Las más urgentes, los problemas a resolver, y desde donde resolverlos. Ello requiere de acciones responsables que, en muchos casos, desembocan en una acción que consiste en la interacción de diferentes ciencias y saberes. Que van más allá de lo inmediato. Se manifiesta lo que debe ser corregido, la necesidad de justicia, lo deshumanizador y aquellos procesos del mundo dominante que generan una distancia de inaccesibilidad a lo necesario.
Hecha una lectura del contexto, es necesario criticarlo, trazar un primer paso de acción, para plantear y verificar las técnicas y herramientas requeridas. El próximo paso sería comenzar a desarrollar desde la búsqueda de la justicia, la praxis solidaria y social que se ha vivido. Comenzar a fermentar el conocimiento y el desarrollo de una acción creadora y pedagógica.
Sigue leyendo la tercera parte de esta nota.
Fuentes:
Reimondo. G, «Cuando los pobres nos llaman a la conversión», Editorial TECNOLOGIA HUMANIZADA
«Algoritmos no colonizadores. Una manera de desarrollar software multicultural (primera parte)» , Gustavo Reimondo, Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA núm 3 2020
«Algoritmos no colonizadores. Una manera de desarrollar software multicultural (segunda parte)» , Gustavo Reimondo, Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA núm 4 2020
«El diseño de servicios y productos como acción de transformación y de esperanza para otro mundo posible (Primera parte)» , Gustavo Reimondo, Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA núm 2 2021
«El diseño de servicios y productos como acción de transformación y de esperanza para otro mundo posible (Segunda parte)» , Gustavo Reimondo, Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA núm 3 2021
«El diseño de servicios y productos como acción de transformación y de esperanza para otro mundo posible (Tercera parte)» , Gustavo Reimondo, Revista TECNOLOGIA HUMANIZADA núm 4 2021
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