Implicaciones medioambientales de la carrera espacial moderna

Carrera espacial medioambiente

En la presente nota, presentamos la situación controvertida que surge alrededor del actual desarrollo de la industria espacial, en todas sus formas (viajes de entretenimiento, minería espacial, investigación del espacio profundo, colonización del sistema, tecnología satelital y telecomunicaciones, internet, aplicaciones militares y espionaje, etc.). Controvertido porque algunos solo ponen la vista en los aspectos positivos del desarrollo, sin tener una postura crítica del peligro que supone al cuidado y protección del espacio aéreo común, del aire respirable, o las repercusiones en el medio ambiente a nivel global.

Una nueva era para la industria espacial.

Tampoco se trata de un asunto demasiado reciente; se remonta a los tiempos de la carrera espacial durante la Guerra Fría. Ya van más de 60 años desde el lanzamiento histórico del satélite ruso Sputnik 1 (1957). Pero cuando hoy se habla de “basura espacial”, realmente nos referimos a la creciente cantidad de satélites y “objetos humanos” (resto de cohetes, estaciones espaciales, etc.) en la órbita del planeta, en la actual era de las telecomunicaciones digitales que tanto caracterizan a nuestras sociedades modernas.

Según los datos recabados por la ONU, en nuestros cielos orbitan alrededor de 8000 satélites, y otros 4000 no operativos. Por supuesto, esto supuso una mejora en los servicios de internet y comunicación a nivel global, y dado que es mucho más barato que antes, cada país quiere tener los suyos. Argentina envió recientemente dos satélites (SAOCOM), sumando un total de 19 objetos en órbita.

Y no solo las entidades gubernamentales envían satélites al espacio con fines investigativos, si no también las grandes corporaciones y empresas privadas, quienes también invierten en proyectos diversos como el desarrollo de lanzamientos de menor costo, tecnología reutilizable, nuevas opciones de combustibles, etc. (SpaceX, Blue Origin, Virgin Galactic, etc.), pues piensan en un futuro “turismo espacial” accesible (y con accesible nos referimos a unos cuantos millones).

Preocupación por las repercusiones ecológicas.

Ahora bien, esta creciente actividad en la industria espacial se convierte en problemática porque es una carrera. Eso implica, una competencia entre varios sectores poderosos y con enormes capitales en inversión. Así mismo, todo este desarrollismo vertiginoso trae consigo que se pasen por alto muchas cuestiones fundamentales de cuidado contra la explotación laboral, implicaciones medioambientales, incremento exponencial de la basura espacial, entre otro tipo de riesgos.

Ciertamente, toda compañía o gobierno debe pasar por una serie de regulaciones y cumplimientos legales, como requerimientos esenciales para que se aprueben sus lanzamientos, desde horarios, coordinación con otros satélites en órbita o el espacio aéreo, etc.

Pero, de lo que más se cuestiona actualmente, es la escasa consideración hacia las futuras repercusiones, sobre todo en el marco de una, ya de por sí, delicada situación de crisis medioambiental generalizada en todo el globo. Se puede encontrar en internet muchas noticias y blogs que abarcan el tema desde el punto de vista de riesgo climático:

  • Polvo espacial en la estratosfera.
  • Vapor de metales y sustancias tóxicas en la atmosfera.
  • Alteración de la fauna y flora en los lugares de lanzamiento.
  • Punto Nemo, el basurero de desechos espaciales en el océano Pacífico.
  • Posibles alteraciones en la capa de ozono.
  • Posible alteración en el ciclo del agua.
  • Posible alteración en la refracción de luz solar.
  • Contribución al efecto invernadero con CO2 y carbono negro.

Efectivamente, la mayoría de los artículos, noticias e incluso investigaciones al respecto de este tema presentan preocupaciones e incertidumbre. No es que se tenga demasiado claro cuáles son o serán las repercusiones de esto. Es más bien, un llamado a tener especial cuidado en el desarrollo de la industria espacial.

Desarrollo regulado, humanizado y ecológico.

Así como crece el afán/interés por “la conquista del espacio”, no solo por parte de las industrias sino también por las personas de a pie, pues representa un hito de la humanidad, también crecen, o deberían crecer, la conciencia del impacto ambiental y la necesidad de regulaciones pertinentes.

Las preocupaciones están presentes, pero también algunas regulaciones al respecto. Por ejemplo, Estados Unidos o la Agencia Espacial Europea tienen sus propias políticas ambientales y requerimientos para la minimización del impacto de las operaciones espaciales. Entre estas podemos enlistar:

  • Propulsores ecológicos (hidrógeno líquido, oxígeno) que son menos contaminantes.
  • Energías eficientes (renovables, verdes).
  • Medidas contra el impacto en la vida silvestre y fauna cercana a los lanzamientos.
  • Eliminación de desechos de lanzamientos.
  • Efectos sobre la población local y global (contaminación lumínica, sonora, etc.)

Las respectivas organizaciones, bajo estas políticas, dan visto bueno a los lanzamientos programados, siempre y cuando respeten las regulaciones. De los casos más sonados recientemente tenemos la evaluación de la FAA (Administración Federal de Aviación, en español) del permiso de lanzamiento de SpaceX en Estados Unidos. Tras un largo proceso de evaluación y participación pública, se estimó que el lanzamiento “no afectaría significativamente en la calidad del ambiente humano”.

Conclusiones.

Medio ambiente carrera espacialEs un tema de preocupación, con legítima justificación. Así mismo, como pudimos ver brevemente, también existe un marco legal para la evaluación de ciertos riesgos ambientales en estos procedimientos espaciales.

Aun así, se reconoce que “En la actualidad, no existe ninguna metodología que permita estimar los impactos específicos (si los hubiera) que produciría este cambio en los Gases de Efecto Invernadero a nivel local o global”. Es decir, que, dentro de las medidas tomadas por varios cuerpos y organizaciones de cuidado ambiental, y según las investigaciones actuales, “no habría impactos climáticos significativos”.

Entendamos que, lo antes visto se refiere únicamente a un caso específico y de exposición pública como lo es SpaceX con su “nave estelar que nos llevara a Marte” (Starship). Sin embargo, existen muchas otras empresas, organismos y países con sus proyectos espaciales que funcionan bajo otras regulaciones, o que no se sujeten/ajustan a estos marcos medioambientales globales. A saber, que existen muchas razones para considerar las potenciales amenazas a la integridad del medio ambiente, del aire global, en materia de desarrollo espacial.


Fuentes:

Satélites ONU. https://www.unoosa.org/oosa/osoindex/search-ng.jspx

Requisitos legales. https://mascalvet.com/lanzamiento-de-un-objeto-espacial-requisitos-legales-generales/

Carbono negro. https://www.ccacoalition.org/es/short-lived-climate-pollutants/black-carbon

Evaluación Ambiental de FAA al proyecto de SpaceX (2021) https://www.faa.gov/sites/faa.gov/files/space/stakeholder_engagement/spacex_starship/SpaceX_Starship_FAA_Public_Hearing_Presentation_Translation_Spanish.pdf

Evaluación de la FAA detallado.

https://www.faa.gov/sites/faa.gov/files/2022-06/SpaceX_Starship_Super_Heavy_at_Boca_Chica_FONSI_ROD_Spanish.pdf

 

Acerca de Isaac Amarilla 24 Artículos
Estudios en Teología ; Máster en estudios bíblicos y teológicos; Tecnología en Análisis de Sistemas. Socio adherente de Solidaridad Transformadora en Movimiento Simple Asociación. Editor y corrector de artículos en TECNOLOGIA HUMANIZADA

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