Podríamos buscar bibliografía tradicional sobre el diseño. Sin realizar muchas investigaciones caeremos en la realidad práctica de que esta se encuentra formulada desde determinados factores culturales e ideológicos dominantes. Podríamos hasta considerarlos también dogmatizados. El desarrollo no puede escapar a una historia construida desde determinados sectores y estructuras sociales que, aunque muchas veces dinámicas, también resultan ser acumulativas en el tiempo o tener una herencia de un pasado que se va depositando como el relleno de una mochila. Algunos de los rellenos de las mochilas que llevamos cargando nosotros mismos están compuestos por los mandatos culturales del patriarcado, el patronazgo, la colonización o supremacía, el individualismo, la ideología de mercado, etc.
Es necesario realizar un proceso de desconstrucción o vaciado de dicha carga. No para estar más livianos. Más vale para repensar como comenzar a llenarla y con la capacidad de poder contar con diferentes modelos que sean útiles para múltiples realidades dentro de un gran mundo, donde quepan todos los mundos. Buscando siempre en la reconstrucción un camino posible para tal fin.
La sociedad está conformada por agrupaciones de personas que se encuentran interrelacionadas según sus intereses en común. Estas estructuras sociales pueden estar vinculadas en diferentes aspectos o espacios. Cada agrupación toma mandatos y comportamientos de esas mochilas que mencionamos párrafos atrás. Es decir, reglas que definen su estructura, donde algunas pueden ser plenamente jerarquizadas o patriarcales, según un género o no. Otras tener una funcionalidad más democrática hasta determinado nivel, tomando características de combinaciones de jerarquización y una democratización de la cúpula. Además de los marcos que terminan, como procesos activos, actuando al nivel de los sistemas que gobiernan cada burbuja.
Dichas agrupaciones a su vez se interrelacionan entre sí por medio de vínculos. Cuando uno desarrolla una praxis en la sociedad se percibe que el patronazgo sigue allí presente manteniendo ligada toda la red de jerarquizaciones, dependencias, inequidades e injusticias. Actuando este desde la ancestralidad, e inclusive como sistema predominante desde, por ejemplo, el viejo imperio romano.
Anteriormente utilizamos la palabra agrupación para mencionar a la conformación de asociaciones de personas con intereses en común. Reemplazaremos esta expresión por la palabra burbuja. Dado que la burbuja permite visualizar más claramente la existencia de un límite, una piel o interfase entre su interior y exterior. Dentro de dicha burbuja se mantienen las reglas, dogmas, mandatos, la creación de una cultura y reglas propias y/o dependientes de las burbujas superiores. Actúa como si fuera una cápsula, donde todo lo que atenta contra el orden dentro de la misma es considerado una amenaza en una afanosa y cómoda actitud (vagancia) de conservar la estanqueidad y quietud del orden establecido. Todo lo que ingrese o se filtre del exterior y que pueda corromperla será tomado como desechable y como motivo de descalificación de su origen. Por supuesto, los mandatos a cumplir con burbujas que están a la par y las superiores tendrán una acogida muy diferente.
En pueblos como el hebreo, por ejemplo, donde la reglas de pureza tenían un factor fundamental, la lepra (en realidad las enfermedades de la piel) era considerada como una enfermedad de impuros. Era tal la visión social de querer mantener una integridad cultural y étnica, que dicha manera de ver la contaminación de la epidermis, es decir del límite entre lo interno y lo externo, que quien manifestaba en su cuerpo esta enfermedad era marginado y echado fuera de los límites de la sociedad.
Volvamos al tema del patronazgo donde cada burbuja conformada por personas tradicionalmente llamadas: clientes, deben sus favores y aprobaciones a un patrono. Sin tratar de ser anacrónico, se puede observar que se manifiesta una cierta cortesía, cuidados especiales, vocabulario y sumisión al patrono o patrón. Este a su vez, es una especie de conformador y administrador de reglas, y sobre todo un intermediador con los patronos de las burbujas superiores. Los patronos son clientes de otros patronos que están a un nivel superior. Dicha interrelación de clientes y patronos, se mantiene rígida por sí misma. A su vez es reafirmada por su misma funcionalidad global como sistema contenedor de todas las burbujas y por una concepción exclusivista que desea mantenerse con determinado nivel de pureza en cada grupo envuelto por su propia burbuja.
Obviamente, en realidad, las burbujas se desarrollan en diferentes aspectos de la vida de los clientes, sin perder su característica funcional y la importancia de tener el acceso y control de las necesidades fundamentales para la vida y porque no, también de una supuesta felicidad egocéntrica.
Colonizar es parte de las reglas que se llevan en la mochila de cada burbuja. Cada individuo de la burbuja piensa expresamente o en su subconsciente que los pertenecen a su burbuja: somos, los otros de las burbujas dependientes: no son. Por ende, estos últimos, son deshumanizados, y no son parte de un universo común a las burbujas dominantes. Las burbujas se asocian, es decir hacen vínculos con sus pares y superiores, los patrones. Estas pueden abrir la piel de la burbuja a las burbujas superiores y a veces a sus pares. Se mantienen en una pureza y exclusivismo determinado.
El marco exclusivista, de reglas y cultura internas, firmemente ligadas a las de supremacía conforman una visión de la realidad. Un centro. Un uso de la materialidad desde las idealizaciones propias de su visión y concepción de ese mundo dualista dominante; que se considera superior y conformador de verdades y fórmulas con pretensiones universalistas. Es decir que por sí mismas se consideran buenas para todos. Creándose una intelectualidad, costumbres y un vocabulario dominante que desvaloriza a aquellos que son diferentes, que provienen o tienen convivencia con las burbujas consideradas: dependientes, inferiores o casi en parte humanas.
Otros mandatos básicos que se cargan en la mochila son los asociados con el dogma de la eficiencia en la reducción de costos económicos y las ganancias. Estos últimos conforman diferentes creencias funcionales a la deshumanización del proceso de diseño, desarrollo, producción, distribución, venta y uso.
En la pirámide de burbujas, las superiores bajan e imponen las condiciones a ser saciadas y los beneficios requeridos por estas mismas. Las capas de burbujas asociadas a dichos requerimientos, no romperán la estructura que les vincula, que convenientemente, cumplen con los dogmas de mercado.
La nota continuará en el próximo número de TECNOLOGIA HUMANIZADA.
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