Yo nací en Puerto Belgrano, la Base Naval, mi hábitat cultural fue de trabajadores de la Armada Argentina, y de militares, mi barrio en consecuencia estaba signado por la fuerte e ineludible tensión entre militares y civiles de la Marina, mi padre era trabajador civil y peronista, algo muy particular y rico si uno podía ver las diferencias internas y las maneras de convivir con ellas. Un barrio de Punta Alta.
Desde ese contexto cultural, ideológico, y en los años 70, vaya combinación, me proyecto con mi pintura o todo lo que podía hacer creativamente, también la música, junto a mis prejuicios y más puntos de vista, es allí, mi barrio y mi entorno de entonces, (ahora vivo en Santa Clara del Mar), es en donde abrevo cada tanto porque esas tensiones, quizás diluidas por lo menos intensas, aún siguen existiendo, en otra época, otro contexto y sin las diferencias y los conflictos y las ideologías tan mezcladas y diluidas en otras cosas, actualmente.
Mi trabajo está profundamente enraizado en estos principios culturales, mi posición derivó naturalmente de estas influencias, o asumiéndolas o rompiéndolas, lo que todo creador de cultura y arte hace como proceso humano natural y como proceso de formación en el arte, y en definitiva, como proyecto de vida, o lo que fuere que saliera, proyecto es un orden en el que no me reconozco.
El muralismo fue finalmente el lugar psicológico del molde que necesitaba para ponerme a trabajar y estoy desde hace 30 años, haciéndolo, desde una perspectiva intelectual e ideológica alineada, a los principios del muralismo clásico, latinoamericano, combativo, posición simplemente voluntarista, desde el canon estético inclusive, tratando de decir cosas, individualmente y en colectivo, con las suertes variadas que se producen en esos intentos y en esos acuerdos y contramarchas, un muralismo ideológico y no partidario y reconociendo líderes transformadores no como bandera sino como influencias personales y colectivas que deseo destacar en mi trabajo.
En ese contexto esta obra que les muestro, y sin explicar mucho, todas las obras son espirituales primero y después lo que sean que la cultura circundante hace de ellas, la interpretación es espiritual desde el punto energético en que cada uno está vibrando en el momento de ver la obra, por lo que explicar es una torpeza y una invasión a la síntesis personal que cada uno hace al mirarla, la obra fue, en su momento elegida por la comunidad Toba en La Plata y si vibraba para ellos es porque también podemos visualizar cierto contenido dirigido, y allí supongo debe estar, y es un panel que se amura, panel que se realizó en el contexto de un encuentro de muralistas en la ciudad de La Plata.
Actualmente, trabajo donde me convocan, es mi medio económico, con otras derivadas de la pintura más convencional, en un contexto de sombras largas en el mundo y de incertidumbre.
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