El fenómeno social de la guerra del agua en Bolivia se manifestó ante la privatización del agua en manos de empresas principalmente internacionales. Negándose el acceso al agua como bien común y público.
Todo comenzó cuando la empresa municipal SEMAPA fue cedida a un consorcio de empresas llamado Aguas del Tunari. Consorcio creado en las Islas Caimán, un paraíso fiscal. La sociedad fue constituida por International Water U.K. subsidiaria de la empresa Bechtel la cual poseía un 55% de las acciones, Abengoa de España con un 30%, y el resto por empresas de Bolivia.
Las organizaciones sociales hicieron saber sus disconformidades a la decisión gubernamental, las cuales fueron:
- No respeto a usos y costumbres, esto quiere decir, las formas tradicionales de acceso y uso del recurso.
- Riesgo de subsistencia de las instituciones de distribución de agua sin fines de lucro.
- Monopolio de los concesionarios.
- Inseguridad de posesión a las fuentes de aguas de las comunidades campesinas muchas preexistentes antes e al formación de la República.
- Centralización por parte de la Superintendencia, organismo de regulación que concentran las atribuciones y poderes en desmedro de la consulta y participación ciudadana en la gestión de recursos básicos y ciudadanos.
- Modificación de tarifas en forma inconsulta, con anclaje al dolar americano.
- Utilización de criterios económicos ante que de bien común en la fijación de tarifas y concesiones.
El aumento desmedido de las tarifas desemboco en varias protestas. La diversidad de los grupos participantes de la revuelta daba la característica popular y sin un “jefe” al cual alrededor se centralizaran las acciones y decisiones.
Muchas personas debido al excesivo aumento del agua, se vió obligada a sacar sus hijos de las escuelas y abandonar los servicios médicos. El gobierno instituyó la ley marcial, la policía mató a una persona, hirió a 121 y encarceló a 172 participantes. Finalmente el gobierno debió invalidar el contrato con la multinacional.
En esta tapa: el Mural de la Guerra del Agua realizado por Mona Caron.
Este mural fue creado en abril de 2010 para la Tercera Feria del Agua, la que además coincidió con el 10mo aniversario de la Guerra del Agua en Cochabamba, Bolivia.
Todos los eventos del aniversario, incluyendo el mural fueron contituidos por la organización sin fines de lucro, Asica-Sur que representa a los sistemas comunitarios de agua de la zona sur de Cochabamba, y la Federación de Trabajadores Fabriles, a la cabeza del conocido guerrero del agua y ganador del premio medioambiental Goldman, Oscar Olivera. El mural también contó con la importante ayuda de Marcela Olivera.
Contexto de la ubicación del mural
El mural fue pintado próximo a la entrada del Complejo Fabril (el complejo deportivo, educativo y cultural de la Federación de Trabajadores Fabriles en la avenida Melchor Pérez) enlazando el nombre Complejo Fabril Cochabamba que fue pintado con anterioridad.
El Complejo Fabril fue el lugar donde se realizaron los eventos de la Feria del Agua, los cuales incluyeron una marcha masiva conmemorativa a través de la ciudad desde la plaza principal hacia el complejo el 15 de abril, así como conferencias, seminarios y una exhibición con stands de los sistemas comunitarios y otras organizaciones que trabajan el tema del agua o que están relacionados con este.
El mural tiene varias fuentes de inspiración: el periodista y escritor Jim Shultz, quien reside en Cochabamba, y quien el año 2000 fue el único cronista de la Guerra del Agua hacia el exterior, brindó muchos aportes, al igual que Marcela Olivera y Oscar Olivera.
Los detalles en el mural fueron inspirados en los testimonios de las visitas, entrevistas y trabajo en colaboración que hicimos en varias comunidades con mi amigo y colaborador, David Solnit. Junto con èl realizamos varios talleres de títeres en diversas partes de Cochabamba, facilitando las propuestas para la creación visual para la marcha del 15 de abril.
Un zona de especial interés fueron las comunidades de la zona sur (los barrios poco privilegiados que pueblan esta parte de la ciudad de Cochabamba y donde varios e impresionantes sistemas comunitarios de agua operan de manera autónoma y autogestionaria).
Que representa el mural
El mural busca conmemorar la histórica y excepcional unidad que la región de Cochabamba pudo alcanzar en el periodo de la Guerra del Agua el 2000. Los diversos actores que participaron de este levantamiento provienen de tres áreas geográficas distintas, representadas en las tres cintas que se entrelazan y terminan en la bandera boliviana que el joven de la barricada levanta.
– La primera cinta, que comienza justo después del nombre Complejo Fabril, representa la población del área urbana, incluyendo la clase media y la iglesia, precedidos por la Federación de Trabajadores Fabriles, y en cuyo edificio se encontraba el famoso pasacalle rojo que simbolizaba la resistencia de la población urbana junto a la población del campo en contra de la privatización del agua.
En la foto abajo, Oscar Olivera (a la derecha) se identifica en el mural, junto con Abraham Grandydier de Asica-Sur.
En la cinta verde encontramos a los diversos actores rurales que se alzaron en protesta, desde la Federación de Regantes (representados por los paisajes, campos de cultivo, canales de irrigación), quienes fueron los primeros en dar la voz de alerta, pasando por los campesinos (representados en el maíz, papas y quilquiña), terminando en los cocaleros del chapare (representados por las hojas de coca).
La tercera cinta, anaranjada-amarilla, representa las secas colinas de la zona sud en la que viven trabajadores migrantes de las minas y sus familias, así como antiguos campesinos.
En la foto de abajo, Don Filemón, de la cooperativa de agua 22 de Abril del distrito 14 de Cochabamba, apunta al tanque de agua de su cooperativa, así como a su comunidad entera trabajando en la construcción del camino que llevaría al tanque. Todos estos esfuerzos por obtener infraestructura básica son autónomos y no se basan en ninguna entidad privada o estatal.
El momento de la Guerra del Agua en sí misma está representado en la barricada. La bandera boliviana junto con la whipala, fueron las mas usadas entre la gente de las barricadas. El arma favorita fue la warak a.
Detrás de la barricada, el agua se encuentra como parte del escenario y se vuelve turbulenta, simbolizando el levantamiento y la expansión de la lucha más allá de las fronteras locales.
Hacia la derecha de la barricada, el agua se calma otra vez, y se confunde entre las nubes, o se va hacia el subsuelo en una simbólica representación de la escasez y excesiva extracción del agua en Cochabamba ¿Qué pasa una vez que todo se calma? ¿Cuál es la situación del agua 10 años después? Mientras el agua retoma la normalidad, la ciudad se muestra como si tuviera raíces que van hacia las fuentes más abajo. Algunas raíces, notablemente aquellas más cercas a las colinas de la zona sur, no alcanzan a llegar al agua y se tornan de color café.
Todavía más a la derecha de esta escena, la página da la vuelta: el final de la historia, el final de la lucha por una distribución equitativa de los recursos naturales, no se ha terminado. La historia y la lucha, continúan.
Sé el primero en comentar